Para la OMS, la pandemia de COVID-19 ha dejado profundas huellas en la sociedad, no solo en términos de salud física y económica, sino también en la salud mental. Las consecuencias emocionales de esta crisis global han sido diversas, tales como:

• Aumento de la ansiedad y el estrés

• Depresión y sentimientos de aislamiento

• Problemas de salud mental en niños y adolescentes

• Impacto en los trabajadores de la salud

Estrategias para mitigar el impacto

• Aumentar el acceso a los servicios de salud mental: Facilitar el acceso a la terapia y el asesoramiento, tanto en persona como en línea.

• Promover actividades que fomenten la interacción social, respetando las medidas de seguridad.

• Proporcionar apoyo psicológico y recursos para gestionar el estrés y el agotamiento.

• Fomentar la educación en salud mental para reducir el estigma y promover el bienestar emocional.

Las secuelas de este evento en la salud mental son profundas y duraderas. Es importante concienciar a la sociedad sobre la magnitud y relevancia de la salud mental para tomar medidas proactivas que apoyen a quienes han sido afectados. Solo a través de un enfoque integral y compasivo podremos sanar las heridas psicológicas que ha dejado esta crisis global.